Respirar no debería doler… crónica de una denuncia que despertó a Medellín en la madrugada.

En Laureles Campestre, la vida parece transcurrir con normalidad. Pero detrás de este paisaje urbano se oculta un enemigo silencioso que ha cobrado una nueva víctima. Laura, de apenas 29 años, perdió la batalla contra una enfermedad que, según su familia, fue agravada por algo que todos compartimos y, paradójicamente, nos está matando: el aire que respiramos.

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Nos están Matando con el aire 💨 Desde el barrio Santa Teresita una problemática ambiental producida por la Ladrillera El Noral. 📣

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Transparencia que se siente. EPM comparte sus logros, desafíos y compromisos con la comunidad.

Cuando la ciudad pregunta, EPM responde. Así se vive la rendición de cuentas en Medellín.

En un ejercicio de transparencia y cercanía con la comunidad, EPM presentó su más reciente rendición de cuentas, destacando los resultados de su gestión y reafirmando su compromiso con Medellín.

El video recoge las voces de varios ciudadanos que reflexionan sobre la importancia de saber en qué se invierten los recursos públicos y cómo los procesos de rendición permiten a la comunidad estar informada, cuestionar y participar. Desde distintos puntos de la ciudad, hombres y mujeres expresan su visión sobre la necesidad de mantener canales abiertos entre la empresa y la ciudadanía. La mayoría coincide. Es fundamental que se rindan cuentas, que se aclaren las acciones y se escuche a la gente.

La pieza audiovisual no solo muestra cifras o datos técnicos, sino que pone en el centro la voz de los medellinenses, quienes con sus opiniones construyen confianza y fortalecen la democracia local. Más que un trámite administrativo, la rendición de cuentas se convierte en una herramienta de diálogo, construcción colectiva y control social. Porque en Medellín, cuando la ciudad pregunta, EPM responde.

Concierto de Esperanza

Una Luz en el Camino. Cuando Medellín abrazó a sus hijos olvidados

En medio del concreto frío del Bronx de Medellín, donde tantas veces la indiferencia ha hecho nido, algo diferente ocurrió. El 6 de junio de 2025 no fue un día cualquiera. Fue un día donde la ciudad recordó que también tiene alma.

La Fundación Paco de América, con el respaldo del Ejército Nacional y muchas manos solidarias, encendió una luz, una jornada de vida y esperanza para nuestros habitantes en condición de calle.

Ese día no hubo juicios, no hubo etiquetas. Solo humanidad. Los barberos afilaron más que tijeras; afilaron el respeto. Con cada corte devolvían rostro, presencia, identidad.
Los médicos llegaron con termómetros, pero también con tiempo, preguntas y escucha: algo que muchas veces no está en las recetas.
Los funcionarios de la Personería no se limitaron a papeles: ayudaron a bañar cuerpos y limpiar heridas que también son del alma.
Los medios no cubrieron una nota, fueron parte de ella. Y el Ejército no marchó: abrazó. El sonido de la música llenó el aire como un susurro de libertad. Artistas de todos los géneros unieron su talento no para entretener, sino para recordar que la cultura también salva. Ese día, Medellín no construyó muros, sino puentes.
Puentes hacia la dignidad, hacia la resiliencia de quienes han caído mil veces y aún así, siguen de pie.
Puentes hacia la compasión, esa que no se aprende en libros, sino que se vive en acciones pequeñas pero profundas. Gracias a todos los que se sumaron a esta jornada, barberos, médicos, servidores públicos, artistas, soldados, voluntarios.
Gracias por devolverle a cada persona no solo un día diferente, sino una razón para seguir creyendo.

Porque esa luz, que parecía pequeña,
fue suficiente para iluminar el camino de muchos.
Y esa es la Medellín que queremos seguir construyendo.

“Entre aplausos y abrazos, los invisibles se volvieron protagonistas”

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